Ayer se celebró la gala del Balón de Oro, un evento que debería premiar al mejor jugador del mundo. Sin embargo, el Real Madrid decidió no presentarse, y lo que podría haber sido un homenaje al talento y esfuerzo se convirtió en otra historia. Todo parecía indicar que Vinicius sería el galardonado, pero algo cambió a última hora, dejando al club y a los aficionados sorprendidos.
Rodri, un español de Majadahonda, o incluso Carvajal podrían haber sido candidatos ideales, pero si hablamos de fútbol y logros, Vinicius parecía tenerlo todo para ganar. El Real Madrid, que había preparado cinco horas de cobertura en su canal de televisión, finalmente optó por no asistir, anticipando una posible «encerrona» contra el club.
Este galardón, que debería representar el prestigio de ser el mejor del mundo, parece hoy más opaco que nunca. No es la primera vez que se cuestiona su transparencia, en 2010, ni Xavi ni Iniesta fueron reconocidos con el Balón de Oro, a pesar de ganar un Mundial y lograr todo con el Barcelona. Ese año, el premio fue para Messi, un jugador excepcional, sí, pero la elección dejó un sabor amargo, como en otras ocasiones en que tanto él como Cristiano Ronaldo fueron galardonados.
Para muchos, el Balón de Oro ha perdido su esencia, ya no parece premiar al jugador más destacado. Que el Real Madrid haya decidido no asistir este año es un golpe significativo para el prestigio del trofeo. Si una institución de esta magnitud comienza a ignorar este premio, otros podrían seguir el mismo camino, y en unos años, el Balón de Oro podría quedarse sin el respaldo de los grandes clubes.
Tal vez es solo cuestión de tiempo para que el trofeo, que debería encumbrar a los mejores, caiga en el olvido, perdiendo el honor y el significado que una vez tuvo