Hoy terminó la sexta jornada de La Liga con un emocionante duelo entre el Real Betis y el Mallorca, un partido que no dejó indiferente a nadie. Desde el primer momento, los goles no se hicieron esperar. Apenas corría el minuto 7 cuando Giovani Lo Celso abrió el marcador con un potente disparo, poniendo el 1-0 a favor del Betis. El estadio estallaba en júbilo, pero la alegría duró poco. Solo un minuto después, Dani Rodríguez igualó el marcador para el Mallorca en el minuto 8, dejando el 1-1 y silenciando momentáneamente a los aficionados béticos.
El resto del partido fue un toma y daca. Ambos equipos mostraron una gran intensidad, buscando el gol que les diera la victoria. El Betis trataba de imponer su juego en casa, mientras el Mallorca, muy ordenado y compacto, no cedía terreno. Las ocasiones iban y venían, pero el marcador no se movía. Todo apuntaba a un empate, hasta que llegó el tiempo de descuento.
Con el partido prácticamente sentenciado, el Mallorca no dejó de creer y, en el último suspiro, Valery Fernández aprovechó una oportunidad de oro y marcó el 1-2 en el tiempo añadido, desatando la euforia en el equipo visitante. Un golpe durísimo para el Betis, que había luchado con todo, pero al final no pudo evitar la derrota.
Este triunfo tiene un sabor especial para el Mallorca. Después de más de 10 años sin vencer en el estadio Benito Villamarín, lograron llevarse los tres puntos, y no solo eso, sino que también alcanzan los 11 puntos en la clasificación, consolidándose como un equipo mucho más sólido y maduro que en otras temporadas. Curiosamente, la última vez que el Mallorca ganó en este estadio, acabó descendiendo a Segunda División, pero hoy, la historia es muy distinta. Este Mallorca ha demostrado ser un equipo compacto, con carácter.
Por otro lado, el Betis se queda con 8 puntos en la tabla, un duro golpe para un equipo que sigue buscando su mejor versión esta temporada. A pesar de la derrota, los verdiblancos mostraron destellos de buen fútbol, y seguramente continuarán luchando para mejorar en los próximos encuentros.
Fue un partido intenso, lleno de emociones, en el que la balanza finalmente se inclinó a favor del conjunto visitante. El fútbol, una vez más, nos recordó que nada está decidido.