Ayer, las declaraciones de Rubén Baraja, entrenador del Valencia, dejaron un sabor agridulce entre los aficionados. Su comentario, «¿Esta no es nuestra liga?», me parece bastante preocupante. No sé cuál se supone que es la liga del Valencia, pero lo que está claro es que desviar la atención y no asumir responsabilidades no es la solución. Estamos apenas en la quinta jornada de la liga, 1 punto de 15 posibles, y ya se empieza a notar un patrón en el equipo que inquieta.
Recordemos que en la primera jornada, jugaban equipos como Las Palmas contra el Real Madrid, y el Villarreal frente al Atlético de Madrid. Y mientras los aficionados al fútbol analizaban estos partidos, todos miraban con respeto el enfrentamiento entre el Valencia y el Barcelona en Mestalla. El Valencia es un club con una gran historia, pero lo que hemos visto en el campo, especialmente en los últimos 15 minutos de ese partido contra el Barcelona, es desolador. No hay fluidez, no se transmite fútbol ni ilusión en el juego. Es un equipo que parece estar atascado, sin ideas claras, y sin un rumbo definido.
Lo más preocupante ayer en el partido contra el Atlético, es que uno de los jugadores del equipo, tras el partido, afirmó que habían «competido bien». Esto genera una desconexión entre la realidad que ven los aficionados y lo que los jugadores creen que está ocurriendo en el campo. Ayer, en el Metropolitano, el Valencia pudo haber salido goleado, y lo peor es que no ofreció prácticamente nada en cuanto a fútbol. Ver a un club de la historia del Valencia en esta situación es verdaderamente triste.
El segundo partido contra el Celta de Vigo, perdieron «esta no es nuestra liga». Lo mismo ocurrió en el enfrentamiento contra el Athletic de Bilbao, y aunque lograron un empate contra el Villarreal, el equipo sigue sin mostrar señales de mejora. Este tipo de comentarios, en lugar de tranquilizar a la afición, solo la enfadan más. La realidad es que el Valencia no está haciendo bien las cosas, y no es momento de lanzar balones fuera. El equipo no está jugando al fútbol. Mueven la pelota, pero sin un propósito claro, sin ideas.
Lo que más me sorprende es que sea Baraja, uno de los jugadores más emblemáticos en la historia del Valencia, quien diga que «esta no es la liga «. Esto es algo lamentable. Comparativamente, el Espanyol, recién ascendido, logró puntuar en el Metropolitano. Sí, pudo haberse llevado varios goles, pero no fue así, tal vez tuvo suerte. Pero lo que está claro es que el Valencia no es ni la sombra de lo que fue hace años.
Con esa actitud, lo van a pasar mal. Porque aunque se pueda cambiar al entrenador, los que juegan son los jugadores, y lo que están demostrando no da señales de mejoría. Estos jugadores no parecen estar a la altura de la camiseta que llevan, y si no cambian rápidamente, el futuro no pinta bien para el club. La afición está cansada de excusas, y lo que se necesita es una reacción urgente tanto dentro como fuera del campo.