Lamine Yamal se enfadó cuando lo cambiaron porque su deseo de ayudar al equipo es inmenso. Esa hambre de competir y aportar es admirable, pero no debemos olvidar que tiene solo 17 años. Ha ganado una Eurocopa, un logro impresionante para alguien de su edad, pero todavía tiene mucho por demostrar. A su corta edad, va a tener muchos más partidos en los que brillará y crecerá como jugador y otros donde será criticado. Su enfado al ser sustituido es comprensible, es un niño que aún está aprendiendo a manejar sus emociones y su lugar en el equipo.
Para mí, están empezando a cargarlo con un peso demasiado grande, comparándolo con leyendas como Messi o Neymar. Lo han señalado como el heredero de Messi, el próximo gran nombre en el fútbol mundial. No sé hasta dónde llegará Lamine Yamal, pero una cosa es segura, tiene el potencial para llegar muy lejos. Sin embargo, ese mismo potencial puede verse amenazado si la presión de ser el “nuevo Messi” no se gestiona bien. No puede permitirse que la presión y las expectativas le pesen tanto que le impidan disfrutar de su fútbol y aprender de cada experiencia.
Es cierto que es un jugador extraordinario, pero aún no estamos hablando de una superestrella consolidada, aunque muchos lo cataloguen como tal. Cada vez le ponen más peso sobre los hombros, y eso solo aumenta la presión para que, en cada partido, sea el mejor, dé un pase decisivo o marque un gol. Y cuando esas expectativas no se cumplen y es sustituido, es normal que el muchacho no lo acepte de la mejor manera. Pero no podemos olvidar que sigue siendo un niño, un joven que está jugando al más alto nivel junto a personas mucho mayores y con más experiencia.
Lamine tiene mucho que aprender, tanto dentro como fuera del campo. A su edad, ya tendrá tiempo para ser titular y jugar el 100% de los minutos. Por ahora, debe crecer poco a poco, sin prisa. Tiene la confianza del entrenador y el cariño de los aficionados, que lo ven como una promesa increíble. Pero es crucial que no intentemos correr antes de que él aprenda a caminar con firmeza en su carrera. No quiero que se queme demasiado pronto, quiero verlo disfrutar, aprender, y convertirse en el gran jugador que está destinado a ser. Pero todo a su tiempo.