La selección española de fútbol femenino ha vivido una montaña rusa emocional en el último año. Apenas hace un año, el 20 de agosto de 2023, la selección femenina española hizo historia al proclamarse campeona del mundo, logrando un triunfo sin precedentes que llenó de orgullo a todo el país. Sin embargo, hoy, a solo un año de aquella gesta monumental, España ha caído ante Alemania y regresa a casa con las manos vacías, una situación que contrasta dolorosamente con el reciente pasado glorioso.
El partido contra Alemania dejó un sabor amargo, y el desempeño de algunos jugadores han dejado dudas. En particular, la actuación de Cata Coll, la portera que fue la heroína en la tanda de penales contra Colombia. A pesar de su impresionante palmarés, Coll cometió errores significativos en este encuentro. El error contra Brasil ya había sido criticada, y contra Alemania, la situación no mejoró.
Coll, quien se ha destacado por su valentía y habilidades, mostró una mala salida en una jugada clave. Puede que el miedo a recibir un golpe en la cara haya influido en su decisión, pero su reluctancia a salir con los puños costó un penalti y, posteriormente, un gol. Este tipo de errores, especialmente en momentos decisivos, no deberían ser cometidos por futbolistas profesionales. Si existe un temor real a recibir un golpe, lo más adecuado sería dejar que otra compañera asuma esa responsabilidad. En este caso, la decisión de no salir con decisión y en su lugar saltar con el cuerpo resultó en un penalti en contra y un gol que definió el destino del partido.
El fútbol femenino es un deporte en constante crecimiento y evolución. Las jugadoras demuestran su talento, pasión y dedicación en cada partido, inspirando a niñas y mujeres de todo el mundo a perseguir sus sueños en el campo de juego. Este deporte es una plataforma poderosa para promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres en el ámbito deportivo.
Este resultado significa que la selección femenina española se marcha para casa sin haber podido superar las expectativas que se habían generado tras el éxito del pasado año. Es un golpe duro, especialmente considerando que estas jugadoras habían rozado el cielo hace tan poco tiempo. No obstante, en el deporte, como en la vida, es crucial saber levantarse tras las derrotas. Ahora es el momento de aprender de los errores, reflexionar sobre lo sucedido y comenzar a prepararse para futuras competiciones. A pesar de la tristeza actual, el fútbol femenino español tiene el potencial para recuperarse y seguir adelante con fuerza.