Hoy, 24 de julio, el Barcelona ha informado que Ansu Fati ha vuelto a lesionarse. Sin duda, es una mala noticia, ya que se perderá la gira con el equipo, perdiendo así oportunidades para demostrar que es un gran jugador y para levantar la ilusión entre los aficionados. Tras su temporada en el Brighton & Hove Albion, donde no terminó de encajar, Ansu regresaba al Barcelona con la intención de recuperar la confianza y demostrar su potencial. Sin embargo, esta nueva lesión genera incertidumbre sobre su futuro, ya que podría significar una nueva cesión o incluso una venta. Todo dependerá del Barcelona y de su actual entrenador, Hansi Flick, quienes decidirán el futuro del delantero de apenas 21 años.
Ansu Fati siempre ha mostrado un gran potencial desde pequeño, con muchos señalándolo como el próximo Messi, aunque jugadores como Messi no nacen todos los días, así que esa comparación es difícil de sostener. Aun así, Ansu Fati tiene un futuro prometedor, y a sus 21 años todavía puede convertirse en un gran futbolista. Su carrera comenzó con el Sevilla a los 8 años, donde ya destacaba jugando en torneos como el Mundialito en Portugal y la Liga de las Promesas en Cádiz. Su talento y habilidades ya eran evidentes desde entonces, lo que habla mucho de su capacidad y potencial.
En 2012, Ansu Fati se unió al Barcelona, donde rápidamente se convirtió en una de las figuras más prometedoras del club. Sin embargo, en 2015 sufrió una grave lesión, una fractura de tibia y peroné en la pierna derecha, que lo alejó de los terrenos de juego durante un largo período. Tras más de 8 meses de recuperación, regresó al campo y volvió a hacerse un hueco en el equipo. En 2019, con solo 16 años, Ansu Fati debutó con el primer equipo del Barcelona. Desde su debut, se han hablado maravillas sobre su talento y potencial, destacándose como una de las grandes promesas del fútbol mundial.
Pero con tan solo 16 o 17 años, es crucial manejar con cuidado el desarrollo de un jugador. A esa edad, todavía son niños, rodeados de mucha gente, dinero y, sobre todo, una gran presión. Jugar en el Barcelona exige ser el mejor en todo momento, y no se toleran los errores. Cuando se cometen, las críticas son inevitables, especialmente para jóvenes talentos.
En 2020, Ansu Fati comenzó a enfrentar una serie de lesiones que marcaron un antes y un después en su carrera. La presión de llevar el dorsal número 10, un número con un gran peso histórico en el club, no ayudó a su situación. Ese año, sufrió una lesión que lo dejó fuera de juego casi un año entero. Volvió en 2021, pero nuevamente se lesionó, quedando fuera por dos meses. En 2022, otra lesión más lo apartó del campo, lo que provocó una disminución de su protagonismo en el equipo y finalmente su cesión al Brighton.
Lamentablemente, su tiempo en Inglaterra no fue como se esperaba; las lesiones continuaron y no tuvo el protagonismo que muchos esperaban de él. Ahora, de regreso al Barcelona y con la gira de pretemporada a la vuelta de la esquina, Ansu Fati enfrenta una nueva lesión. Es un golpe duro, ya que le priva de una oportunidad clave para demostrar su valía y recuperar la confianza tanto del club como de los aficionados.