A lo largo de la historia del deporte, hemos visto equipos excepcionales y jugadores brillantes que han dejado su huella en el campo. Sin embargo, al final, la historia suele recordar solo al campeón. No importa si un equipo jugó mejor, lo que queda en la memoria colectiva es el nombre del equipo vencedor. Puede parecer cruel, pero así es la realidad del deporte.
Tomemos como ejemplo al Real Madrid. Este club ha ganado 14 Copas de Europa, un logro impresionante que lo consagra como el equipo más exitoso en la historia de la Champions League. Sin embargo, cuando se habla de estas victorias, rara vez se menciona a los equipos que enfrentó en cada una de esas finales o si esos rivales jugaron mejor en algún momento. Lo único que importa y lo que se recuerda es que el Real Madrid tiene 14 Champions. Los detalles sobre los contrincantes o la calidad de su juego quedan relegados al olvido, porque la historia se centra en el campeón.
El Atlético de Madrid, por otro lado, ha llegado a la final de la Champions League en tres ocasiones. A pesar de haber mostrado un gran fútbol y estar muy cerca de la victoria. Lo que se recuerda es que el Atlético no ganó, y se recuerda al campeón y el segundo quedará en el olvido.
Esto mismo ocurre en muchos otros contextos deportivos. En la final del Mundial de 2022, por ejemplo, Francia y Kylian Mbappé hicieron un torneo increíble, y Mbappé mostró un desempeño individual notable. Pero cuando se habla de ese Mundial, lo primero que se menciona es que Argentina se consagró campeona y que Lionel Messi finalmente conquistó uno de los títulos más importantes y deseados de su carrera. Mbappé y Francia, pese a su excelente actuación, quedan en la sombra, porque la historia solo se enfoca en los vencedores.
Esta tendencia también se ve en el reconocimiento individual. Lionel Messi ha ganado más Balones de Oro que cualquier otro jugador en la historia. No importa si en algunos años hubo debates sobre si merecía o no el premio, lo que se recuerda es que Messi es el jugador con más Balones de Oro. Pocas veces se menciona que otros, como Andrés Iniesta o Xavi Hernández, merecieron ganar el Balón de Oro en algún momento, porque, a largo plazo, la historia tiende a simplificar los logros y a concentrarse en quien obtuvo el mayor número de trofeos.
En definitiva, el tiempo solo recuerda al campeón, al vencedor, al que levanta el trofeo al final del torneo. Esta es la naturaleza del deporte y de la vida misma. quienes triunfan son los que se graban en la memoria, mientras que los que estuvieron cerca, pero no lograron la victoria, quedan en el olvido.