El fichaje más caro en la historia del Atlético de Madrid, João Félix, desgraciadamente no tuvo el rendimiento esperado. Por diversas razones, no rindió como se anticipaba. El último equipo al que fue cedido decidió no ampliar la cesión ni comprarlo, lo que deja a João Félix en una situación complicada.
El equipo que más suena últimamente para fichar al portugués es el Aston Villa de Emery. Sin embargo, el problema es el alto precio que piden los colchoneros por el luso y el precio que el Aston Villa está dispuesto a pagar. No sé cómo acabará este culebrón, pero pienso que al final se marchará. Creo que el Atlético no lo quiere y cuanto antes lo venda, mejor, pues no creo que recupere el dinero que pagaron por él. Hoy por hoy, no lo vale. Dicen que piden 60 o 70 millones, pero para mí tampoco los vale. Es un jugador que año tras año se ha ido desvalorizando.
Llegó al Atlético de Madrid con 19 años, con una proyección increíble y tras ganar el Golden Boy. Se decía de él que era el heredero de Cristiano. Quizás fue toda la presión que se puso en un joven de apenas 19 años, que venía como estrella, pero poco a poco se fue apagando. Hablaron de problemas con el Cholo Simeone y al final terminó en el banquillo, seguido de una cesión al Chelsea, donde desgraciadamente acabó de la misma manera. Esto hizo pensar que el problema de su bajo rendimiento no era Simeone, sino su propia inconsistencia, ya que jugaba bien dos partidos y mal ocho.
Después del Chelsea, pensaba que pocos equipos grandes en Europa estarían dispuestos a apostar por él. Sin embargo, llegó el Barcelona de Xavi con otra nueva cesión. La verdad es que, después de la temporada que había tenido en el Chelsea, tuvo suerte de que el Barcelona se fijara en él, y él estaba encantado, con la esperanza de despuntar y triunfar. Sin embargo, para mí, sus partidos más destacados fueron contra el Atlético de Madrid, donde jugó muy bien, pero tuvo detalles muy feos con la afición rojiblanca, como cuando se tocó los genitales en un partido en el Metropolitano. Si la afición rojiblanca tenía derecho a estar enfadada con él, él no quería jugar en el Atlético y su sueño era jugar en el Barcelona, y hay entrevistas donde no deja bien parados a los rojiblancos.
Terminó la temporada, en mi opinión, de manera muy mala, donde la mayoría de los partidos comenzaba desde el banquillo. Luego llegó la Eurocopa, que podía ser su salvación. En el Barcelona había muchas dudas con el cambio de entrenador y, para mí, el 75% de la afición culé le agradecía sus servicios, pero no lo quería una temporada más. Eso significaría volver al Atlético. La Eurocopa, ante las dudas del Barcelona, podía ser un buen comienzo, pero el técnico de la selección portuguesa apenas contó con él, por no decir nada. Desgraciadamente, lo único destacable de su participación en la Eurocopa fue el fallo en la tanda de penaltis que terminó con la eliminación de Portugal.
Pienso que un penalti no define a un jugador; lo puede fallar cualquiera. Él tuvo el valor de tirarlo, lo cual habla mucho de él, y la desdicha de fallarlo. Pero los penaltis son una lotería y él no es el culpable de la eliminación. Tras su desempeño en la Eurocopa, donde apenas jugó minutos, el Barcelona decidió no más cesiones, y João Félix volvió al Atlético de Madrid.
Y luego está la familia del luso, que no ha ayudado mucho. Desde un tuit polémico cuando marcó un gol al Atlético, hasta otro cuando falló el penalti. Aunque no fue su culpa la eliminación de Portugal, ya que un penalti no define a un jugador, sí fue su culpa acabar en el banquillo del Atlético de Madrid, del Chelsea, del Barcelona y ahora de vuelta al Atlético de Madrid, donde él no quiere estar y la afición no quiere que esté.
Hay que buscarle una salida y, si no se encuentra, deberá agachar las orejas, sentarse, reflexionar y volver a levantarse. Tiene solo 24 años y, si no relanza su carrera, acabará siendo «lo que pudo ser y nunca fue». La vida da muchas vueltas y un poco de autocrítica no le vendría mal.