El reciente encuentro entre Suiza y España no dejó indiferente a nadie. España se impuso de manera contundente con un resultado de 1-4, dejando claro que, cuando el fútbol fluye, el espectáculo está garantizado. En cambio, el anterior enfrentamiento de España, que terminó en un deslucido 0-0, fue uno de esos partidos que no vale la pena ni mencionar. Para mí, un 0-0 no es verdaderamente un partido de fútbol, ya que el deporte se trata de emoción, goles y acción. Desde mi punto de vista, la gente acude a los estadios no solo para apoyar a su equipo, sino principalmente para ver goles y vivir la pasión que trae consigo el fútbol. Por eso, el partido de ayer fue todo lo contrario al empate sin goles, no defraudó ni un segundo.
El encuentro arrancó con fuerza desde los primeros minutos, y España dejó claro su dominio cuando Joselu, con un magnífico cabezazo en el minuto 4, adelantó a la selección española, poniendo el 0-1 en el marcador. Esto marcaba el inicio de lo que sería un gran partido para los españoles. Tan solo ocho minutos después, en el minuto 12, Fabián ampliaba la ventaja con el 0-2, demostrando que España estaba decidida a llevarse la victoria. Sin embargo, en el minuto 22 se produjo una jugada polémica. En mi opinión, fue fuera de juego, pero el árbitro sancionó una falta y Le Normand fue expulsado, dejando a España con diez jugadores en el campo desde muy temprano en el partido.
Con un hombre menos, era de esperar que Suiza intentara aprovechar la situación, y así lo hizo. En el minuto 41, Amdouni recortó distancias para los suizos, anotando el 1-2 justo antes del descanso. En ese momento, muchos pensábamos que la segunda parte sería una auténtica batalla, con Suiza intentando lograr el empate aprovechando la superioridad numérica. Sin embargo, España no solo supo resistir, sino que demostró su capacidad para crecer en las adversidades. En el minuto 76, Fabián volvió a aparecer para hacer el 1-3, despejando cualquier duda sobre un posible empate y consolidando una victoria que parecía cada vez más cercana. Y solo tres minutos después, en el 79, Ferrán sentenció el encuentro con un gol que puso el 1-4 definitivo en el marcador.
Desde mi punto de vista, fue un auténtico partidazo por parte de España. A pesar de la expulsión, el equipo no se vino abajo, al contrario, se hizo más fuerte y supo manejar el partido con inteligencia y determinación, algo que es digno de elogiar. Sin embargo, como suele pasar, algunas críticas empezaron a sonar, y esta vez se dirigieron hacia Nico Williams. En mi opinión, Nico hizo un gran partido, y su contribución fue fundamental en el segundo gol de España, que nació de una jugada suya. Es cierto que muchos esperaban que Nico marcara, quizás por la comparación con lo que ocurrió en la Eurocopa, pero para mí cumplió con creces. Su desempeño fue similar al de Lamine Yamal, quien también jugó un papel clave en el primer gol, al igual que Nico en el segundo.
Es importante recordar que Nico Williams juega en el Athletic de Bilbao, un equipo que actualmente ocupa el puesto 13 en la liga, mientras que Lamine Yamal juega para el equipo que va primero en la clasificación. Además, hay que tener en cuenta que Nico rechazó una oferta del Barcelona, y esto ha hecho que algunos aprovechen cualquier oportunidad para criticarle, lo cual me parece injusto, ya que ayer demostró ser un jugador de gran calidad y potencial.
En definitiva, el partido entre España y Suiza fue una muestra del buen fútbol, lleno de goles, emoción y momentos decisivos. España, incluso con un jugador menos, mostró carácter, calidad y, sobre todo, la capacidad de competir al máximo nivel.