Ayer vivimos un clásico inolvidable. Honestamente, si me hubieran preguntado durante la primera mitad quién ganaría entre el Real Madrid y el Barcelona, habría apostado sin dudar por el Madrid. Durante gran parte del encuentro, se sintió como si ellos tuvieran el control y vimos un muy buen clásico. Sin embargo, esa sensación de dominio se diluyó en los momentos cruciales, pues sus delanteros estaban en constante fuera de juego. Cuando llegaron las ocasiones claras, fallaron, lo que permitió que el equipo más efectivo se llevara la victoria.
Un jugador que brilló fue Dani Olmo, un auténtico fenómeno. Y, por supuesto, no puedo dejar de mencionar a Lewandowski, un delantero extraordinario que, en otras circunstancias, podría haber anotado fácilmente cinco goles. Lamine Yamal mostró destellos de talento, aunque es importante recordar que no estamos hablando de un nuevo Messi o Ronaldo, sino de un joven en proceso de convertirse en un gran jugador. Espero que su carrera siga en ascenso, ya que tiene un futuro prometedor, pero no me parece tan excepcional como muchos lo pintan.
Vinícius Jr. también tuvo sus momentos, aunque a veces le falta visión para pasar a un compañero mejor posicionado. En una jugada clave, decidió intentar el tiro él mismo cuando Kylian Mbappé estaba en una posición ideal para anotar. A veces, los partidos se deciden en esos pequeños detalles, y es crucial saber cuándo pasar y cuándo disparar.
Hablando de Mbappé, su talento es indiscutible pero el de 2022, la versión de 2024 parece atrapada en fuera de juego. En varias ocasiones, perdió oportunidades que podrían haber cambiado el rumbo del partido. Sin embargo, el centro del campo sigue siendo sólido, y la defensa, a pesar de algunos fallos, se mantuvo firme. No obstante, hay delanteros que parecen más interesados en brillar individualmente que en trabajar para el equipo, y eso está perjudicando al Real Madrid.
Al final, Ancelotti hizo una reflexión que resonó en muchos: «Después de haber perdido 0-4 contra el Barcelona, ganamos la Champions. No podemos quedarnos atrapados en lo que pasará mañana». Debemos enfocarnos en el presente y ser autocríticos. Muchos jugadores no estuvieron a la altura, y es importante recordar que el objetivo es ganar, no solo ser el protagonista en el campo.