El derbi madrileño dejó un sabor amargo, y no por el resultado, sino por lo que ocurrió. Hubo fútbol, pero del malo. La primera parte fue aburrida, sin apenas ocasiones, y en todo el partido entre ambos equipos solo sumaron 8 tiros a puerta, 4 por cada lado. Pero lo que realmente marcó la jornada fue un incidente que no debería tener lugar en ningún estadio, y mucho menos en pleno 2024, cuando las cámaras lo capturan todo. Lamentablemente, volvió a pasar.
La gente acude al estadio para ver a su equipo ganar, y más si es contra el eterno rival, el Real Madrid. Courtois y Vinicius son jugadores que generan muchas emociones sobretodo a la afición como el Atlético de Madrid, y aunque Vinicius tiende a ser provocador, en esta ocasión fue Courtois quien, quizás motivado por los insultos que recibió durante todo el partido, celebró con ímpetu el gol del Madrid. ¿Fue una buena o mala decisión? Es discutible. Estar en un estadio rodeado de la afición rival no es fácil, pero la mayoría del público, ese 99%, está ahí para disfrutar del fútbol. Sin embargo, siempre hay un 1% que se deja llevar por la ira y olvida lo que es el respeto y se comportan como energúmenos. Lo que se vio ayer no debería ocurrir jamás.
Es cierto que ha habido momentos mucho peores, como el regreso de Figo al Camp Nou en el 2000, cuando el Clásico se convirtió en una verguenza. Han pasado más de 20 años, y afortunadamente el fútbol ha evolucionado. Lo que ocurrió entonces fue una vergüenza, y en 2024 no podemos permitir que siga sucediendo. El fútbol es un deporte, no una guerra.
En 2013, Courtois recibió un mecherazo en el Bernabéu, lanzado por aquellos que hoy son su propia afición. Nadie debería ser agredido por la camiseta que lleva puesta. Y no solo es este caso. hace días, en el Espanyol vs Villarreal, el árbitro fue golpeado por una botella lanzada desde la grada. Estamos en el año 2024, y es triste que estas cosas aún ocurran.
Ayer, en el estadio, claro que me hubiera gustado que el Atlético ganase. Ellos marcaron primero, y sí, me molestó. Escuché todo tipo de insultos y descalificaciones, pero gane o pierda, al día siguiente todos volvemos a nuestra rutina, a trabajar. Soy aficionada del Atlético, pero el fútbol es un deporte, y no hay razón para agredir a nadie ni lanzar objetos. El partido se paró, y luego el Atlético empató. Claro que hubiera sido mejor ganar, pero no se pudo.
Lo peor es que tuvieron que detener el partido por aficionados que cayeron en la provocación de un portero. En esos momentos, con la tensión a flor de piel, a veces uno no controla lo que dice o hace. Courtois también contribuyó a caldear el ambiente, pero la afición tiene que ser más inteligente. Mañana todos seguimos con nuestras vidas, y la rivalidad debe ser sana. Courtois es un profesional que en su día jugó para el Atlético y ahora defiende los colores del Real Madrid. No es aficionado del Atlético, no siente los colores como nosotros. Él juega al fútbol, gana en un mes lo que muchos no ganaremos en toda la vida.
Al final, los perjudicados son el Atlético de Madrid y su afición. El fútbol es solo fútbol. A mí me encanta, pero hasta cierto punto. Voy al estadio para disfrutar, para animar a mi equipo, pero al día siguiente me levanto a las 6:00 de la mañana para ganarme la vida. El fútbol debe ser un espacio de diversión, de pasión, pero no de violencia. Ayer vimos algo que no debería repetirse. El fútbol debe ser solo eso: fútbol.